Hace unos días platicaba con una amiga que acaba de pasar por un divorcio y está viviendo el duelo correspondiente, y entre lágrimas me decía: no entiendo qué hice o qué dejé de hacer para que esto sucediera? Porque el día que dije sí en el altar yo realmente visualicé que esto sería para siempre.  A qué horas se me rompió la foto de la familia perfecta donde sale papá, mamá, los hijos y el perro?

Justo ahora que estoy estudiando Desarrollo Humano, entré porque mi objetivo es estudiar Tanatología pero me sugerían empezar por DH para poder aprovecharlo mejor y digerirlo.  Cuando descubrí que Tanatología es mucho más que aceptar tu muerte….y acompañar a tus seres queridos a dejar este plano; es trabajar y aceptar tus pérdidas, que si hacemos un inventario de pérdidas puedo atreverme a asegurar que vivimos varias al año. Y no sabemos ni siquiera reconocerlas, pasan desapercibidas hasta que algún acontecimiento inesperado las detona y entonces quedan expuestas.

Un día de estos viví un momento que de pronto me hizo caer en cuenta de mis pérdidas, y el inventario se hizo largo, y lloré como una niña por días…fue como una sacudida inesperada del inventario de qué no tengo…. Y en esos “obscuros” días viví un duelo a cada una de las pérdidas vividas.

Primero definamos la palabra pérdida, según el diccionario: -es un daño o menoscabo que se recibe en una cosa, algo que deja de tenerse.-

Usualmente no tenemos en el radar que no solamente se pierde una cosa o una persona; en el camino perdemos sueños, estilos de vida, formas de hacer las cosas, afectos, amistades, costumbres, ilusiones, sentidos, aficiones, y la lista continúa.

Y  vamos por la vida muchas veces con muy buena actitud, encontrándole el lado bueno a las cosas pero de pronto vives un momento que te sacude, te hace voltear y ver lo que no tienes y que no puedes tener porque no tienes control sobre eso y es donde te haces consciente del dolor de la pérdida.

He aprendido que las pérdidas se viven y para sanarlas no queda de otra más que aceptarlas….cómo? vivir el proceso, primero hacerte consciente de ellas, después permitirte sentir el enojo, la tristeza, llorar si sientes la necesidad de hacerlo, y luego pensar que son parte de la vida, que no puedes evitarlas. Aceptar que existen y que no está mal que sientas dolor por ellas.

A pesar del sufrimiento que causa, el duelo emocional es un proceso necesario y ayuda a adaptarse a la pérdida, es fundamental para conducir correctamente el vínculo afectivo de forma que sea compatible con la realidad presente.  No hay que desalentarse, debes confiar que saldrás adelante.

Qué emociones sentimos? Tristeza, enojo, culpa y auto-reproche, bloqueo, ansiedad, soledad, fatiga, rabia, impotencia, anhelo, confusión, miedo y vacío.

Qué podemos hacer para manejar esto?

  1. Busca el apoyo de familiares y amigos. Es importante saber que en ocasiones preferimos estar solos o acompañados, va a depender del momento. Es normal sentirnos confusos y no saber qué es lo que deseamos, no te preocupes, ve a tu ritmo.
  2. Encuentra pequeños espacios de bienestar, es necesario darte permiso para vivir y disfrutar con ello.
  3. Permítete estar en duelo emocional, pero a la vez es positivo que te marques obligaciones con la finalidad de recuperar nuestra vida familiar, social, laboral y personal.
  4. Intenta evitar tomar decisiones importantes de forma precipitada, en ocasiones la emoción es la que intenta controlar esa decisión, y no siempre es la más adecuada y beneficiosa para nosotros.
  5. Intenta cuidarte a ti mismo, a través de la alimentación, el ejercicio físico, el descanso, la reducción de hábitos tóxicos. Te recomiendo frecuentar espacios al aire libre, pasear y meditar.

Soy consciente de que las sugerencias que te acabo de dar no son fáciles de seguir. Pero no olvides que todos tenemos una capacidad de adaptación inimaginable.

Te animo a que cada vez que sientas dolor, esa tristeza tan intensa que puede llegar a invadirte por dentro, intentes sustituirla por amor y agradecimiento, amor hacia lo que tuviste y por todos los buenos momentos vividos, gratitud por lo que sí tienes ahora, hacer un inventario de lo que sí tienes ayuda bastante.

También que consideres que cada pérdida trae una ganancia, como cuando nacemos, perdemos el vientre materno y nacer es traumático para un bebé pero ganamos algo bello.  Cada pérdida una vez asumida suma algo a nuestra vida, no solo resta.

Como decía Hemingway: “Ahora no es momento de pensar en lo que no tienes. Piensa en lo que puedes hacer con lo que hay”.

Y recuerda: “Aunque todos debemos encontrar sentido a nuestras pérdidas y a la vida que llevamos después de sufrirlas, no hay ningún motivo para que tengamos que hacerlo de manera heroica, sin el apoyo, los consejos y las ayudas concretas de los demás” -Neimeyer

Y cierro con la frase de oro: Todo pasa. Ten eso en mente. La vida está hecha de momentos que tejen nuestra historia, este es solo un momento más.

 

Autora: Alejandra Tamez

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