Estamos hechos para crear

 

—Mamá, quiero platicar contigo. Katy y yo ya llevamos 4 años juntos y siento que es la persona con la que quiero compartir mi vida. Quiero proponerle matrimonio en un mes. Pronto empezaremos los preparativos de la boda y me encantaría que apoyaras a Katy. Será algo sencillo con las personas que más apreciamos. Será primero el civil y de allí pasaremos a la fiesta.

—¿Y la misa mijito?

—No mamá, no habrá misa, ya sabes que Katy no es católica así que no nos casaremos por la iglesia.

 

Silencio total.

 

¿Te imaginas esta conversación con tu hijo? O, ¿de tu nieto con tu hijo?

 

Silencio.

 

Este fin de semana tuve la oportunidad de estar en un taller con la Dra. Shefali Tsabary, una psicóloga nacida en la India y que hizo sus estudios en Estados Unidos. Tal vez la conozcan de sus libros como el de “Padres Conscientes” (The Consicous Parent, 2015) o su más reciente “El despertar de la familia” (The Awakened Family, 2017). Durante el taller muchos de mis pensamientos lograron acomodarse, y otros tantos se desacomodaron. Pero precisamente esa era la intención de la Dra. Tsabary. —Entre más los vea fruncir, más sé que están incómodos —Nos dijo, queriendo incomodarnos tanto para que nos cuestionáramos todo, todo, todo, TO-DO.

Y como dice el curso de milagros: “Nada de lo que veo significa nada”, literal, nada. Todo es un condicionamiento aprendido, heredado, instalado, metido a la fuerza, etc. Y justo allí, es que nos sentimos separados y sentimos miedo. Tsabary nos explicaba cómo estamos condicionados a basarnos en el miedo, a seguir, a “quedar bien”, a obedecer. Todo esto en contra de nuestra autenticidad, para luego preguntarnos por qué no nos conectamos con nuestro ser o por qué sentimos que nos falta algo cuando volteamos a nuestro alrededor y vemos que “lo tenemos todo” y que somos muy bendecidas.

—El miedo se basa en el condicionamiento. —bien lo dijo Tsabary.

 

¿Te has sorprendido diciendo “¡pero por supuesto!”? ¿Qué tal en la conversación del principio? ¿Te ves tragando amargo y diciendo, “pero POR SUPUESTO que tiene que haber misa, ¿cómo no va a haber?” ¿o algo por el estilo?

Y es que en los temas más “controversiales” es donde se repiten más veces los “por supuesto” y los “debe ser”, como lo son la religión, sexo, política, matrimonio, los hijos, etc. Sin embargo, estamos condicionados en tantas cosas que nos pasa desapercibido totalmente.

Nunca se me va a olvidar que antes de tener hijos, estaba en una reunión con unas amigas y faltaban unas de las primeras en tener hijos. Y me acuerdo perfecto que yo pensaba, “¿Por qué no vienen? que se traigan al bebé aquí, no le va a pasar nada, no tienes por qué encerrarte solo porque ya tienes hijos” y la mejor frase: “Yo JAMÁS voy a hacer eso, yo voy a cargar con mis hijos para todos lados, los niños son los que se TIENEN que adaptar a ti, no tú a ellos”.

¡Hoy me río tanto! No sé ni de dónde saqué esa frase de quién debe adaptarse a quién, pero cómo la repetía. Y como esa, miles de veces que me he tragado mis palabras. Además de que también he aprendido a perdonarme y superar todos esos juicios, no me servía de absolutamente nada tenerlos y me tenían como prisionera en muchos sentidos. ¡Los juicios! Un tema del que me podría quedar horas escribiendo, pero eso ya será para otra ocasión.

 

Regresando a las creencias y condicionamientos. ¿Quién dijo que algo TENÍA QUE SER de tal o cual manera?

Me fascinó un ejemplo que dio Tsabary, nos preguntó si teníamos un diamante en el dedo y qué significaba. Por supuesto que sabes de qué estoy hablando, ¿cierto? Exactamente, anillo de compromiso y su significado: matrimonio, pertenencia, “apartada”, comprometida, casada y todo lo que se le parezca. ¿Sabes quién lo inventó? Si no lo sabes, tranquila, tú y cientos de nosotros tampoco lo sabíamos, solo lo dábamos como una prioridad. Al hacernos esa pregunta, un joven levantó la mano y contestó —Una fábrica de diamantes— e inmediatamente fue a darle un “high five”.

 

Mientras tanto yo me quedé impactada, incrédula. ¡Pero claro!, fue una fábrica de diamantes, y se hicieron multimillonarios y no sé cuanto tiempo después lo seguimos utilizando. Pero ojo, es una tradición únicamente en algunas culturas de ciertos países. Por ejemplo, en la India se coloca un punto rojo de pintura en la frente. Porque, ¿quién exactamente dijo que TIENE QUE SER un diamante? Para las personas de la India nuestra tradición es sumamente extraña, así como para nosotros puede resultar raro el pintarse un punto rojo en la frente. Entonces, ¿quién está bien? La verdad, el objetivo no es quién está bien y quién mal.

Basta con cuestionarnos para empezar a poner atención, traer al frente, a nuestro consciente, todo lo que hacemos y tomar un camino hacia el amor, el antídoto del miedo. Aquí es donde las palabras AQUI Y AHORA vienen a mi mente. Hacer consciente todo lo que hacemos, ¡wow! Todo va tomando sentido dentro de mi.

 

Ya casi para terminar y volviendo un poco a la conversación del principio. ¿Cómo te sentirías, si te dijera que esa conversación es de alguien más, de MI vecina, MI tía, MI amiga, alguien más que no tiene nada que ver con tu familia? Cambia del cielo a la tierra el sentimiento, ¿apoco no? Si no son “nuestros” hijos, pues como que no afecta tanto, cada quien es libre de decidir con quien se casa y “para el amor no hay barreras” —no puedo mas que reír en fuerte de tantas frases programadas que vienen a mi mente.

Nos explicaba la Dra. Tsabary que allí mismo surge un miedo que tenemos. Creemos que los hijos son nuestros y que es nuestra responsabilidad su felicidad —un tema bastante extenso que amerita hablar específicamente de él en otro momento. Pero no, los papás NO son responsables de nuestra felicidad, ni nosotros de la de los hijos. Sí, pensaste bien, ¡otra vez condicionamiento!

 

Ahora si, por último, te comparto una pregunta que hicieron ese día que me pareció increíble: ¿Cómo sí? Decía, muy bien, ya sabemos que tenemos muchas creencias, que hay que ser conscientes y ¿entonces? Si no vamos a seguir a nada ni a nadie, ¿qué hacemos? ¿Cómo le hacemos para no quedarnos sin hacer nada, paralizados por no seguir ninguna creencia? A lo cual Tsabary contestó que somos CREATIVOS por naturaleza, pero hacia dónde nos dirigimos es la diferencia. No está en nuestra naturaleza seguir, está el fluir.

 

Suspiro y se me pone la piel chinita ¡Ah! cómo se me presenta esa palabra. Fluir. Solamente así podemos ser nuestro más creativo ser.

 

Entonces, ¿estás lista para empezar a crear conscientemente?

Manténte actualizada
Recibe en tu correo las últimas publicaciones semanalmente.
No envíamos spam 🙂