A todas aquellas mamás que tenemos hijos nacidos entre 1995 y 2015, nuestros hijos son parte de la generación denominada Z, ¡Qué desafío tenemos!

Me gustaría compartir un poquito las características de los niños y jóvenes considerados generación Z.

Son autodidactas, se ayudan de la tecnología y plataformas como YouTube para aprender.

Sin embargo, tienden a desperdiciar esta cualidad en cosas banales. Algunas de ustedes al igual que yo hemos ido al súper en más de una ocasión por material para que nuestros hijos elaboren slime. La idea es, sí apoyarlos en su intención de crear o descubrir, pero ayudémoslos a ejecutar algo trascendente, como hacer una casita de pájaros o una fuente, una pista, etc.

Son capaces de realizar múltiples actividades en pantallas distintas al mismo tiempo.

Para nosotras, esta es una cualidad que tuvimos que adquirir, para nuestro hijos, esto es una situación normal…hasta podríamos decir que natural. Lo malo es que las pantallas expuestas son la televisión, el Ipad y su Whatsapp.  Si bien es cierto que la tecnología es parte de ellos, tampoco es algo que deban estar usando toooodo el tiempo. Midamos el “screen time”, por  ejemplo, podrás jugar después de que leas 15 min.  Empecemos el fin de semana llevándolos al parque en lugar de despertar y encender el televisor, las invito a medir el tiempo que los niños invierten frente a una pantalla, es en verdad alarmante.

Entienden el valor de la independencia

Nuestros hijos tienen una mayor afinidad que la que nosotros tuvimos en conocerse y en expresar lo que piensan. Lo que no es aceptable es que su agenda o sus opiniones pesen más que las de mamá y papá. Un niño no tiene la obligación social de ir a todas las fiestas. Debe tener un sentido muy claro de que si tiene voz y voto, sin embargo, también tiene responsabilidades y que forma parte de una familia y al igual que los de más miembros, son una ficha de domino que si se mueve una pieza todas las demás se mueven. En pocas palabras, disciplina.

Tienen un nuevo vocabulario como “emojis”

Esta nueva generación tiene como característica la inmediatez, en ese sentido se ve afectada el valor de la paciencia y el idioma. Quieren escribir todo rápido y abreviado sin importar que la  ortografía se vea afectada. Les interesa la lectura más rápida y fácil que los textos largos. Para poder modular esta sensación de inmediatez es importante inculcar en nuestros hijos el hábito de la lectura. No como obligación, sino como un medio de aprendizaje y entretenimiento.  Ojo, si nuestros hijos nunca nos ven a nosotros con un libro, será muy difícil para ellos involucrarse en la lectura de manera natural.

Persiguen las causas nobles

¿Cuántas de nosotras escuchamos: “¡Por qué mis amigos si pueden y yo no!”?

En lugar de que nuestros hijos se visualicen en sus amigos -que a veces nos puede gustar la idea o no- pongámonos como meta el exponer a nuestros hijos a conocer la vida y obras de tantos personajes históricos que han logrado cosas extraordinarias en el mundo a lo largo de la historia, como Amilia Earheart,  Malala Yousafzai, Marie Curie, Gandhi, Mandela, King, Confucio, Juárez, Hidalgo etc. De acuerdo al área de interés de nuestro hijo, encontraremos los personajes adecuados con quien ellos se puedan relacionar. Sembrar en nuestros hijos el anhelo de poder desarrollar el cambio que ellos desean ver en el mundo, que todo lo que se propongan lo pueden lograr con esfuerzo, disciplina y constancia, más allá de “Él no tiene que leer y yo si”.

Tienen expectativas muy altas

Siguiendo la iniciativa antes mencionada, apoyamos la característica de llenar sus expectativas siendo resilientes y coexistiendo con su entorno. Ser padres que representen que somos parte del futuro que queremos ver y no plantearlo como un deseo que ocurrirá como por arte de magia. Debemos educar a nuestros hijos con retos, buscando que el esfuerzo los lleve a lograr sus metas.

Alguna vez leí que deberíamos educarlos con la misma firmeza y determinación de un atleta, considerando que para llegar a las olimpiadas llevará años de trabajo y sacrificio, pero la sensación de triunfo de cruzar la meta final, lo vale. Convertirnos en su fan número uno, pero también en el primer juez, cuidando como mamás no caer el afán de decir: ”¡Te lo dije!”, sino con el objetivo firme de que aprendan de sus errores y buscar el como si lograr su meta, siendo fieles a sí mismos y no quedarse en el intento. Ya que cuando estén en su etapa adulta, sólo la disciplina y el autocontrol los llevará a tomar las decisiones más acertadas en su vida

El valor, la buena conducta y la perseverancia conquistan todas las cosas y obstáculos que quieran destruirlas y se interpongan en su camino.

– Emerson

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